El Distrito protege más de 600 árboles y palmas patrimoniales que son historia, paisaje y vida para la ciudad

Medellín cuenta con alrededor de 648 árboles y palmas declarados Patrimonio Natural y Cultural, según el Sistema de Arbolado Urbano (SAU). Estos ejemplares son testigos vivos de la historia de la ciudad. Entre los más emblemáticos están la ceiba de la av. La Playa, el gualanday del Parque de Bolívar; los falsos Laureles del barrio Laureles; en el Parque de El Poblado, el ébano y el carbonero zorro; y la palma real que, normalmente se encuentran establecidas en frente de las capillas e iglesias haciendo alusión a la conexión de la tierra y el cielo. 

Contrario a lo que muchos creen, un árbol patrimonial no tiene que ser necesariamente nativo. Lo que lo convierte en patrimonio es su valor histórico, cultural, paisajístico, simbólico y ecológico, independientemente de su origen. Así, especies introducidas como la Palma real o el ficus han sido incluidas por su antigüedad, belleza o papel en la memoria colectiva de la ciudad. Los criterios para este reconocimiento incluyen la asociación con hechos o personajes relevantes, el impacto visual, la edad, el tamaño y el estado de su conservación. 

La importancia de conservar estos árboles radica en que cumplen funciones ambientales como la regulación térmica, la captura de CO2 y la purificación del aire, pero también salvaguardan la identidad y la historia local. El Distrito de Medellín invierte en su protección mediante limpiezas, podas, aplicación de nutrientes y seguimiento fitosanitario. El SAU, herramienta digital de georreferenciación, permite a la ciudadanía conocer la ubicación, especie, estado y características de cada árbol patrimonial, fomentando así su conservación. 

En Medellín el constante crecimiento, hace que la preservación de este patrimonio verde sea un compromiso con las futuras generaciones. Porque proteger la ceiba de La Playa, los guayacanes que florecen cada temporada o las araucarias que apuntan al cielo en Belén es, un compromiso de todos para conservar un pedazo de la memoria de la ciudad. Estos gigantes verdes, son parte de la historia y del alma de Medellín. 

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