En Medellín, los corredores verdes se han consolidado como pulmones verdes urbanos, brindando importantes servicios ecosistémicos y ecológicos. Estos espacios son refugios vivos donde la naturaleza abre camino en medio del asfalto. En ellos habitan o transitan especies como zarigüeyas, ranas, lagartijas, gavilanes, bichofués, barranqueros, guacamayas, carpinteros, entre muchas otras. Incluso se han registrado diversas especies de mariposas que, con sus colores, llenan de vida y belleza estos entornos naturales.
El trabajo realizado por el Distrito de Medellín ha permitido que animales encuentren alimento, sombra y protección, mientras la ciudad disfruta de un entorno más fresco y saludable. La fauna ya no está en el aislamiento o el riesgo de atropellos, pues los corredores conectan distintos puntos verdes, creando caminos seguros para la vida de cada uno de ellos.
La presencia de estas especies no es solo un espectáculo para los ciudadanos, sino también un recordatorio de la importancia de convivir con la naturaleza. Aves, anfibios y mamíferos ayudan a dispersar semillas y controlar plagas, mostrando que su existencia aporta equilibrio y bienestar a todos.
Gracias a estas intervenciones, Medellín no solo gana más árboles y jardines, sino que también gana calidad de vida, aire más limpio, menos ruido y la certeza de que si es posible construir una ciudad donde el ser humano y la fauna compartan el mismo hogar. En Medellín, los corredores verdes se han consolidado como pulmones verdes urbanos, brindando importantes servicios ecosistémicos y ecológicos. Estos espacios son refugios vivos donde la naturaleza abre camino en medio del asfalto. En ellos habitan o transitan especies como zarigüeyas, ranas, lagartijas, gavilanes, bichofués, barranqueros, guacamayas, carpinteros, entre muchas otras. Incluso se han registrado diversas especies de mariposas que, con sus colores, llenan de vida y belleza estos entornos naturales.
El trabajo realizado por el Distrito de Medellín ha permitido que animales encuentren alimento, sombra y protección, mientras la ciudad disfruta de un entorno más fresco y saludable. La fauna ya no está en el aislamiento o el riesgo de atropellos, pues los corredores conectan distintos puntos verdes, creando caminos seguros para la vida de cada uno de ellos.
La presencia de estas especies no es solo un espectáculo para los ciudadanos, sino también un recordatorio de la importancia de convivir con la naturaleza. Aves, anfibios y mamíferos ayudan a dispersar semillas y controlar plagas, mostrando que su existencia aporta equilibrio y bienestar a todos.
Gracias a estas intervenciones, Medellín no solo gana más árboles y jardines, sino que también gana calidad de vida, aire más limpio, menos ruido y la certeza de que si es posible construir una ciudad donde el ser humano y la fauna compartan el mismo hogar.





